Sobre el teatro

Dejando a un lado las obras de teatro que vi en mi época de estudiante, que aunque me gustaron fueron obligatorias, la primera obra de teatro que vi fue William Pig, que a la fecha aún recuerdo lo impactante  que fue ver salir al actor semi-desnudo gritando por todo el escenario, la escenografía sencilla pero convincente y un humor que me mantuvo entretenido toda la obra, desde entonces han pasado casi diez años.

A William Pig le siguió El sueño de una noche de verano, de William Shakeaspeare, y otras más. Pero en ese momento supe que tenía que ver más obras de teatro. La emoción y la forma de involucrarse con la historia no tiene comparación, aún sin importar que la puesta en escena parezca sencilla -dudo que lo sea-, el teatro posee esa magia que tiene ver personas reales contar una historia, sumergirse en el momento y disfrutarlo.

La última obra que vi fue por demás memorable, con Charo Fránces y Arístides Vargas, Nuestra señora de las nubes es una genial obra que muestra el poder de una historia bien contada, con prácticamente nada de escenografía, excepto un par de maletas cargadas de accesorios, Charo y Arístides te mantienen pendiente de la trama, (casi) te hacen llorar, te hacen reír y hasta te hacen llorar de la risa, una actuación impresionante. Son emociones que no recuerdo haber vivido en salas de cine.

En este punto tengo que decir que me gusta el cine -me refiero a ir a una sala cine-, que voy regularmente (o casi), pero nada más, apenas un pasatiempo. Por otro lado, las ganas de ir al teatro superan por mucho las de ir al cine, aunque sea más simple y caro, pero es más entretenido. Ir al teatro no tiene precio, ni comparación con el cine.

Me despido, no sin antes enviarle un saludo a la señorita Ana Jacobo→ y al Espyder→, ambos actores guatemaltecos, pueden visitar sus respectivos proyectos en Proyecto Lagartija y Bufon Art Company.

Hasta la próxima, espero verlos al salir del teatro 😉

 

1 comentario

  • Gracias por la mención, antes que nada.

    Si algo lamento sobre manera, es el ya _casi_ no ser expectador; resulta que cuando estoy en temporada, obviamente es imposible ir a ver teatro.

    Yo tuve la oportunidad de ver grandes puestas en escena, así como grandes… enormes actores y actrices de teatro. A la mente me viene casi de inmediato Salomón Gómez y Rafael Pineda, que como decimos en argot teatral, ya estan formando un elenco de lujo en el cielo. «Tras Bambalinas» fue una obra que me encantó y que la vi tres veces, por eso mismo, mi taller en «Bufón Art Academy» se llama así hehe.

    Saludos!

    (Por cierto, estás cordialmente invitado a ver «El Diablo es una Mujer» – reloaded – hehe)

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